EL MASAJE: 

El efecto de las oscilaciones producidas por el masaje llega, en primer lugar, a los nervios y a los vasos 

sanguíneos. Ellos regulan el calor del cuerpo, una de las funciones más importantes del organismo.

Provocando así, que el poro de la piel se abra y se cierre, y , así, absorba oxígeno que es “aspirado” por los vasos sanguíneos y transmitido al organismo.

Una intensa circulación de la sangre, elimina también las materias residuales de las células.

La Piel tiene, muchas funciones y estas son de vital importancia para la interacción entre la periferia y los órganos internos.

 

Hay diversos tipos de masajes, cada uno destinado a un momento, necesidad o persona concreta.

Pueden ser centrados en descontracturar, siendo manipulaciones más intensas y enfocadas a relajar los signos de tensión muscular, ayudando a recuperar su elasticidad; o más bien relajantes, donde el objetivo será descargar el estrés y la tensión acumulada, consiguiendo una relajación absoluta.

 

Mi filosofía en el ámbito del masaje, es, a parte de ejecutar y acoger al cuerpo con cada manipulación, priorizo el uso de aceites o cremas naturales y el uso de aromaterapia, ya que las sensaciones cutáneas y olfativas envían mensajes de bienestar y de descanso al cerebro. Los aromas tienen una influencia psicosensorial, actuando también sobre nuestro estado emocional.

 

- Algunos de los beneficios del masaje:

. Su acción regeneradora, activa la circulación.

. Regenera la Célula y equilibra el Metabolismo.

. Mayor actividad cutánea.

. Actúa sobre muchos órganos internos, que de otro modo, no son tratables desde fuera (ej.: reflexología).

. Además de ser instantes de confort y calma para el cuerpo, ayudan a liberar endorfinas, generando emociones positivas de bienestar y ayudándonos a combatir el dolor.

. A nivel nervioso, proporciona una sensación relajante.

. A nivel cutáneo, ayuda a liberar los desechos y a eliminar las células muertas.